Sé que este mensaje se parece un poco al de la semana pasada, pero es que a veces se nos olvida lo fuertes que somos y que, si vamos con Dios, somos capaces de salir victoriosos en todas las batallas. Solo debemos confiar en Él, ponernos en sus manos y entregarnos a su Voluntad.
¿Cuántos casos no hemos oído en la Biblia de hermanos que estaban en situaciones dificilísimas e imposibles, y sin embargo con el favor de Dios salieron victoriosos? ¿No acabamos de escuchar apenas la historia de Daniel, que fue lanzado a una fosa llena de leones, y salió sin un rasguño?
Así que sigamos con la frente en alto y el corazón puesto en las manos de Jesús, pues Él nos acompaña en cada momento del día y, si permite que nos pasen pruebas, es porque sabe que estamos listos para enfrentarlas.
Un abrazo y que Dios los bendiga siempre,
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